L. Szondi


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Jean Mélon

Notas sobre la historia del texto del movimiento de Szondi

Texto para el congreso de Cracovia, agosto de 1996.

(Traducción de Luis Cibanal Juan)

Nicolás Abraham, que fue su compatriota, dijo un día de la obra de Szondi " no es exactamente psicoanálisis, pero merece la pena ser leído como un tratado de psiquiatría”.

Esta o frase humorística merece ser recordada, porque define bien la posición de Szondi.

Contrariamente a lo que uno lee generalmente en los diccionarios y las enciclopedias que lo mencionan, Szondi nunca fue psiquiatra, por lo menos oficialmente, y académicamente no lo reconocieron como tal. Ni tampoco un psicoanalista, dado que no se encuentra su nombre en el registro de la asociación psicoanalítica internacional. Él fue un médico internista, más específicamente, un endocrinólogo. Pero, la psicopatología fue siempre su obsesión.

Desde 1927 a 1941, Szondi dirigió un laboratorio de psicología en la universidad de Budapest en el servicio del Dr. Ranschburg que era, como parece ser, un director liberal. Es en el marco de esta universidad donde Szondi comenzó su investigación genealógica que acabó con el desarrollo de su test de “Diagnóstico de las pulsiones. "(Triebdiagnostik). Aunque el test no fue publicado hasta 1947, su desarrollo final fue realizado alrededor de 1935.

Si la intuición del esquema y del “sistema pulsional” pertenece al propio Leopoldo Szondi- quien siempre ha dicho, irónicamente, haberlo descubierto en un sueño- el desarrollo del test fue el producto de un trabajo colectivo. De hecho, en los años 30, Szondi estuvo rodeado por un equipo de investigadores jóvenes tan brillantes como entusiastas. El trabajo de Susan Deri (1949) atestigua su fervor intelectual. Sin embargo, es necesario recordar que, paralelamente a esta actividad intensa de la universidad, Szondi continuó su ejercicio privado como endocrinólogo, ya que esto constituía su sustento.

Nos imaginamos que Szondi estuvo influenciado por el círculo de los primeros psicoanalista húngaros “entusiasmados” por el genio Sandor Ferenci. Pero no sabemos nada seguro sobre este tema, sino que su principal contacto con el psicoanálisis era a través de Imre Hermann, " el ermitaño de Budapest”, a quién Freud dio el apodo de " nuestro filósofo."

Es innegable que Szondi tiene una preocupación fundamental por la antropología. Es sin duda porque su obra, hasta ahora, ha encontrado un eco más favorable entre los filósofos (Henri Niel, Alphonse De Waelhens, y Henrio Maldiney) que entre los psicoanalistas y los psiquiatras, para quienes su trabajo aparece como un gran desafío. Es importante que Henrio MALDINEY, uno de los pensadores más extraordinarios de nuestro siglo, haya adoptado en su conjunto el sistema de Szondi como su referencia analítica más importante, sin expresar una sola crítica de él.

Sabemos que Freud, era alérgico a presentar sus ideas en forma de sistema, que él juzgaba sospechoso de paranoia. Él siempre ha evitado enumerar las pulsiones y se limitó a un dualismo demasiado simple: pulsiones de “sexualidad/Yo” y pulsiones de “vida/muerte”, junto con la primera visión tópica de: “inconsciente-consciente y preconsciente y la segunda visión tópica de Yo-Superyo y Ello, las cuales no son ni unas ni otras muy satisfactorias. Esta indeterminación lo conduce necesariamente a reconocer que " lo qué más le falta al psicoanálisis es una teoría de las pulsiones”. (1927) Pero ¿ cómo podría ser de otra manera desde el momento en que él había proclamado “la doctrina de las pulsiones es nuestra mitología”, abandonando dichas pulsiones a su “indeterminación grandiosa?” Esta ambigüedad no es extraña a la falta de definición conceptual en la cual continúan inmersos una gran cantidad de conceptos psicoanalíticos.

Ahora bien, es este el objetivo que ha intentado conseguir Szondi. A través de la constitución de su esquema de las pulsiones, ha tenido la ambición de producir una auténtica "doctrina de las pulsiones (Trieblehre). Esto es lo que afirma, explícitamente, en su introducción a la primera edición del: "Tratado de diagnosis experimental de las pulsiones " (1947):

" Un sistema de las pulsiones debe darnos una visión sintética del conjunto de la vida de las pulsiones, comparable a la impresión total que nos da la luz blanca, pero debe igualmente permitir extender ' el espectro ' de las pulsiones de la misma manera que la luz puede ser descompuesta en colores. Es una tarea extremadamente difícil y no es de extrañar que todavía no se haya llegado a este punto”

Curiosamente, esta proclamación ambiciosa no aparece en la segunda edición (1961). ¿Qué ocurrió entre 1940 y 1960?

Szondi fue expulsado de la universidad de Budapest en 1941 por el gobierno pro-Nazi del almirante Horti. En el mismo tiempo, él perdió sus mejores discípulos, entre ellos a Susan Deri que emigró a los Estados Unidos en 1940.

En 1944, Szondi fue deportado al campo de concentración de Bergen-Belsen. En 1945, él encontró el refugio en Suiza en donde, después de un empleo corto en la clínica privada, en otro tiempo famoso de Rives de Prangins, se instala en Zurich para comenzar allí una práctica privada como psicoanalista. En la obra "Schicksalsanalyse" recolecta lo esencial de sus trabajos genealógicos, aparecida en Basel en 1944 y fué publicada por Benno Schwabe. En 1947, él publicó el " Tratado de diagnóstico experimental de las pulsiones" en Berna con Hans Huber que permanecerá como su editor leal.

Al principio de los años '50, florece de éste a oeste y desde Oder hasta Tokio una buena centena de publicaciones, unas entusiastas otras destructoras, pero todas, sin excepción, consagradas al problema de la validad del test como instrumento de diagnóstico psiquiátrico.

El modelo teórico que el test reprodujo exactamente en la producción de su obra no ha sido cuestionado por nadie “Zeitgeist!" Es el espíritu de nuestro tiempo suspiró Szondi. Se verifica todo, pero no se sabe lo que se verifica ni por qué. " Heidegger dice esto mismo algunos años antes: " la cuestión del “ser” ha caído hoy en el olvido.

Ahora bien es evidente y en todos los campos que esta es la única cuestión verdadera. En el nivel en el que nos encontramos, la única consideración de la inflación galopante de los tests en todos los géneros debería hacernos reflexionar. No que el valor del test como herramienta de diagnóstico sea accesorio. Si se probase que no esclarece ni mide nada importante en el orden de los fenómenos clínicos habrá que dejarlo, sin embargo uno debería dejarse penetrar por la sospecha "fenomenológica" de que no percibimos tal conducta como histérica, obsesiva, esquizoide, etc. más que en función de las ideas recibidas en los bancos de la escuela. En resumen, la cuestión de la coherencia interna del sistema teórico que sostiene el test merece por lo menos ser expuesta.

Se toca aquí la carencia epistemología de la psiquiatría moderna, acuartelada entre dos tendencias. Por un lado el "empirismo terapéutico" vigorosamente sostenido por el complejo del medico-industrial. Por otro lado la reforma desesperante de sus sistemas de clasificación, todos puramente descriptivos y cada vez más descriptivos (DSM IV que no satisface a nadie, salvo a sus editores) sin que se elabore entre los dos una teoría auténtica, es decir una psiquiatría teórica en sentido estricto, como por ejemplo lo ha hecho la física teórica.

Obviamente, la idea no es nueva. Esta ambición alimentó toda la empresa científica de Sigmund Freud y de Henri Ey, por no citar más que a dos autores conocidos. Pero hemos de observar que nunca hubo un verdadero intercambio entre la meta-psicología y el organo-dinamismo. Es una cuestión de etiología, por tanto de ideología. ¿No es cierto, que es por esto por lo que se vive y se muere?

Es aquí donde interviene Szondi, a condición de que se le comprenda bien, es decir, en el sentido como él se comprende, y que por tanto se le perdone su dogmatismo genético que lo colocaría, sin otra forma de proceso, en el campo de los organicistas más radicales como el retoño más tenaz de las teorías de las enfermedades degenerativas heredadas en el siglo diecinueve.

Nos cuesta creer que el mismo hombre, al mismo tiempo en el que se producía el esquema de las pulsiones, creación revolucionaria, se consideraba por otra parte el campeón de un genotropismo un tanto contestado, en referencia a la genética mendeliana primitiva. Su “Analysis of marrages” (1937) proporciona una ilustración desastrosa de los prejuicios de su autor.

Podríamos decir que el genio tiene un precio que pagar. El mismo Szondi era consciente, puesto que como él mismo confiesa, él pensó alguna vez incluir la pareja genio-debilidad en su esquema. Si decidió eliminarlo, le gustaba repetir, ha sido porque uno no puede ser brillante en unas cosas sin ser estúpido en otras, y esto vale para todos y y aparece en todas las patologías. El mismo Freud,, decía que la estupidez forma parte de nuestra herencia filogenética y que es a veces muy útil.

Es necesario poder reconocer que, a pesar de sus postulados genéticos altamente contestables, Szondi tuvo éxito, volens nolens, en producir lo que podría ser o el cuadro de Mendeléev de la psíco(pato)lógica, o bien el cuadro periódico de los elementos que componen las monadas extrañas que somos nosotros.

Pero volvamos a la historia. En Zuerich, Szondi encontró nuevos discípulos, pero no eran los mismos. Unos trabajaron enérgicamente y con cierta brillantez (Ulrich Moser, y Armin Beeli, recientemente fallecido) por perfeccionar esta herramienta como instrumento de diagnóstico; otros intentaron “casar” los szondianos con sus vecinos los freudianos, los jungianos, los daseinsanalistas, etc. Y Szondi intentó cortarles el paso , de esto dan testimonio sus obras posteriores: la Triebpatologie (1952), la Ich-Analyse (1956) dedicada a la memoria de Freud en el centenario de su nacimiento, y la

"Schicksalsanalytische Therapie " (1963), libros importantes, sin duda, y dignos de ser leídos en el sentido que indica Nicolas Abraham, pero donde el diálogo con la psiquiatría y el psicoanálisis de su tiempo toma una profundidad teórica que nunca más volverá. Szondi que quería ser un constructor de puentes (Pontifex) fue mal recompensado, los otros, ya prósperos o preocupados de sus peleas internas, no tenían nada que hacer con este “ecumenista húngaro”.

En 1969, Szondi fue gratificado con un legado considerable el cual debía dedicar a la fundación de un instituto destinado a formar psicoterapeutas. La enseñanza impartida desde entonces ha sido de gran valor, sin embargo hay que decir que las teorías szondianas han sido dejadas a la sombra.. Se comenta bien poco, pero solamente por miedo a que el “patrón” se de cuenta de que se hace todo para olvidar su existencia. Nunca ha sido reconocido el presentarse como szondiano. Szondi, hay que decirlo, había ya cumplido los 80 años, y no tenía ningún poder sobre la institución que él mismo había fundado.

Es, gracias a Jacques Schotte quién hizo que fuera nombrado Doctor Honoris Causa de las dos prestigiosas Universidades de Lovaina (1969) y París (1975). Sin embargo son numerosos los que se han beneficiado de la inspiración szondiana, aunque después se hayan desecho del maestro, pues el hecho de nombrar a Szondi, corre el peligro de ver su carrera universitaria cuestionada.

De ese pecado especial, los que están aquí hoy (en el congreso de Cracovia, agosto de 1996) no son culpables, y debemos sentirnos orgullosos de serle fieles y de felicitarnos por esto, es lo único que nos queda , pues fuera de aquí no tiene sentido.

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De ese pecado, los que hoy están aquí están purificados. Y de esta fidelidad, aunque no nos quede ninguna otra cosa, tenemos el derecho de sentirnos orgullosos y de felicitarnos mutuamente, por que fuera de aquí no tiene sentido.

El Test de Szondi no sería hoy más que un test más, y de los más corrientes, si el esquema de las pulsiones no hubiera encontrado en Jacques Schotte, la única persona que en su tiempo lo tomó verdaderamente en serio.

Cuando él encuentró a Szondi al final de los años '50, Schotte intentó convencer al maestro de la excelencia de su descubrimiento. Aunque él tenía siempre un estilo hiperactivo-asertivo, Szondi dudó fundamentalmente del valor intrínseco de su visión teórica. Los que le conocían saben hasta qué punto él tenía las calidades judías del humor y del escepticismo, incluyendo especialmente su propia obra.

El estilo dogmático de Szondi, que le causó tales problemas, se parece a nosotros el contrapeso infeliz de su incertidumbre epistemological que una habría necesitado toda la energía de Schotte convencer a Szondi mismo de que él hubiera descubierto el mejor modelo posible que para utilizar en el campo del psícopatología y en su propia especificidad, y que el modelo de Szondi tenía esta totalmente nueva calidad, sea un modelo con una " auto-lógica interna."

La confrontación de Szondi-Schotte en el último conduce a la publicación de la " nota para introducir el problema estructural de Schicksalsanalyse " (1964), que es una proclamación. Aquí comienzo una aventura intelectual. Continúa hoy sin ruido, pero

con una fuerza que sea digna del viejo hombre mismo.

La riqueza de las comunicaciones, que usted oirá en las cuarenta ocho horas próximas, es mejor que un amplio discurso. Lo que qué nos unen y nos empujan a continuación es la sensación que llenamos una misión necesaria.

Pero qué además nos liga, es una amistad larga que no habría existido si SZONDI mismo no había existido pues el modelo de un humano según lo incorporado a su trabajo.

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BIBLIOGRAPHY:

1. DERI S., Introduction to the Szonditest, New York, Grune and

Stratton, 1949, published in French at Boeck-University,

1991.

2. MÉLON J, Theorie et practique du Szondi, University Presses of

Liege, Liege, 1975.

3. MÉLON J & LEKEUCHE P., Dialectique de pulsions, 3 ' éd.,

Brussels, Éditions Of Boeck-University, 1990.

4. SCHOTTE J.,Szondi et Freud.  Sur la voie de une psychiatrie

pulsionnelle. Brussels, Editions De Boeck-Université, 1990.

5. SZONDI L, Diagnosis expérimental des pulsions, Paris, University

Presses of France, 1952.

Jean Mélon

c 1996-2000 Leo Berlips, JP Berlips & Jens Berlips, Slavick Shibayev